Obesidad

Obesidad

En un mundo en el que los suministros de alimento son intermitentes, la capacidad para almacenar energía mayor a la necesaria para el uso inmediato es esencial para la supervivencia. Las células adiposas, están adaptadas para almacenar de manera eficiente el exceso de energía como triglicéridos, y cuando sea necesario, liberar la energía almacenada como ácidos grasos para que se usen en otros sitios. Este sistema fisiológico, permite a los humanos sobrevivir a la inanición durante varios meses. Sin embargo, en presencia de abundancia nutricional y un estilo de vida sedentario, y bajo la importante influencia de la dotación genética, este sistema aumenta las reservas energéticas adiposas y tiene consecuencias adversas para la salud.


La obesidad es un estado con una masa excesiva de tejido adiposo. Aunque a menudo se considera equivalente al aumento de peso corporal, no siempre es así; las personas delgadas, pero muy musculosas, pueden tener sobrepeso según los estándares numéricos sin tener incremento de la adiposidad.  La obesidad está relacionada con mayor riesgo de padecer múltiples problemas de salud, incluidos hipertensión, diabetes tipo 2, dislipidemia, apnea obstructiva del sueño, esteatosis hepática no alcohólica, artropatías degenerativas y algunas neoplasias malignas.



Hay tres datos antropométricos fundamentales que son importantes para valorar el grado de obesidad: peso, talla y perímetro abdominal. El índice de masa corporal (IMC) normal va en un rango de 18.5 hasta 24.9.

  • Por debajo de 18.5 es bajo peso,
  • Entre 25.0 a 29.9 es sobrepeso,
  • Entre 30.0 a 34.9 obesidad tipo 1,
  • Entre 35.0 a 39.9 obesidad tipo 2 y
  • Mayor o igual a 40 obesidad extrema. 


Tratamiento 


Las metas principales del tratamiento son mejorar los trastornos concomitantes derivados de la obesidad y aminorar el riesgo de que surjan otros en el futuro.


Cambios en el estilo de vida


 Para la atención de la obesidad hay que prestar atención a tres elementos esenciales del estilo de vida: hábitos alimentarios, actividad física y modificación conductual. La obesidad es fundamentalmente una enfermedad de desequilibrio energético, por lo que todos los pacientes deben saber cómo y cuándo se consume energía (alimentación), cómo y cuándo se gasta energía (actividad física) y cómo se incorpora dicha información en las actividades diarias (terapia conductual). Se ha demostrado que los cambios del estilo de vida ocasionan una disminución moderada de peso (3 a 5 kg) si se comparan con las medidas habituales de atención o con la falta de tratamiento. El objetivo principal de una dieta es disminuir el consumo global de calorías.




Tratamiento con dieta


Las guías del National Heart and Blood Institute (NHLBI) recomienda iniciar el tratamiento con un déficit calórico de 500 a 1.000 kcal/día en comparación con la dieta habitual de la persona; esta disminución es congruente con el objetivo de perder de 0.5 a 1 kg de peso por semana. Para establecer este déficit calórico se pueden utilizar sustituciones o alternativas alimentarias. Por ejemplo, se pueden consumir porciones más pequeñas, comer más frutas y verduras, comer más cereales integrales, escoger cortes de carnes menos grasos y productos lácteos descremados, restringir alimentos fritos y otros que tienen grasas y aceites adicionados y tomar agua en vez de bebidas endulzadas con azúcar. Es importante que la asesoría dietética siempre se centre en el propio paciente y que los objetivos sean prácticos, realistas y alcanzables. 



Farmacoterapia


Conviene pensar en la farmacoterapia complementaria en sujetos con BMI ≥30 kg/m2, o BMI ≥27 kg/m2 en personas con presencia simultánea de enfermedades que son consecuencia de la obesidad y en quienes el tratamiento con dieta o actividad física no ha dado resultados. Los fármacos contra la obesidad se han dividido en dos categorías principales: supresores del apetito (anorexígenos) y bloqueadores de grasas del tubo digestivo.


Cirugía 


Cabe pensar en la cirugía bariátrica en personas con obesidad grave (IMC, ≥40 kg/m2), o en quienes tienen obesidad moderada (IMC, ≥35 kg/m2) que acompaña a algún trastorno médico grave.


No te aflijas por tu peso, la obesidad es una enfermedad que tiene solución, trabaja en ello y lo conseguirás, no te rindas.


No hay comentarios.